Los blancos despiden el año con victoria en un partido sin mucho fútbol (1-0)
Clos Gómez hizo que el coliseo blanco fuera una olla a presión toda la 2ª parte
Los de Mourinho echaron demasiado en falta a Xabi Alonso y a su batuta
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FELIPE FERNÁNDEZ
19.12.2010
El Real Madrid, Mourinho y toda la afición merengue han podido respirar y desahogarse cuando Clos Gómez ha pitado el final de un partido contra el Sevilla con más tintes de guerra que de fútbol. [Estadísticas del Real Madrid 1-0 Sevilla]
El último partido del conjunto blanco en este año 2010, que se ha caracterizado por el poco fútbol, no se ha decidido hasta el minuto 76 de partido con el solitario gol de pillo de Di María. El resultado ha ratificado las palabras del presidente del Sevilla, Del Nido: "la Liga es cosa de dos" y que "el Madrid está aún lejos del nivel de Barça".
El lado positivo ha sido ver que se ha salvado un 'tie-break' en la lucha por la Liga. Un empate o un derrota hubiera abierto una brecha de cuatro puntos entre el 'rey de las manitas', Barça, y el Real Madrid.
La primera ocasión de peligro del partido llegó en un saque de falta de Cristiano Ronaldo que puso en apuros a Palop y que Benzema (que estaba en fuera de juego) no acertó a rematar en el rechace.
Todo el miedo que infundaban los blancos llegaba de la mano del delantero galo y del astro portugués. Una buena combinación de ambos en el minuto 13 a punto estuvo de abrir el marcador.
Durante los primeros minutos, al Sevilla le costaba llegar a portería debido a que Luis Fabiano estaba desaparecido tras regresar de su lesión.
Algo que inspiraba confianza era ver a Benzema como caía continuamente en fuera de juego. Se prefería interpretar esto como un síntoma de que el francés estaba metido en el partido que como una evidencia del despiste del delantero.
Negredo era el único jugador sevillista que inquietaba a la defensa del Real Madrid. El exmadridista la tuvo en el 23’ tras controlar en el área pero se le echaron encima los defensas. Esa jugada acabó en un córner que Escudé remató de cabeza y el envío se fue por poco rozando el palo izquierdo de la portería de Casillas.
Poco a poco, la parroquia merengue se empezaba a exaltar. Su equipo acostumbra esta temporada a resolver los partidos en la primera parte pero en esta ocasión el equipo blanco estaba jugando sin timonel, sin Xabi Alonso. El Madrid lo notaba, estaba demasiado espeso en la creación. Lass y Khedira hacían que el público se acordara de Xabi en cada jugada.
Al enfado del respetable le ponía picante el árbitro. Una serie de jugadas dudosas hicieron que el Bernabéu se convirtiera en una olla a presión. De los primeros silbidos al colegiado se pasó a los pitos para el equipo blanco debido al miedo de ver como el imparable Barça pudiera abrir una brecha de cuatro puntos.
Una jugada clave cerró el primer período. Negredo provocó la tarjeta amarilla de Carvalho en el descuento a pesar de que el banquillo hispalense pedía roja. La jugada marcó el choque porque el portugués acabó expulsado en la segunda parte y porque ambos banquillos se enzarzaron a reproches.
Bronca tras bronca a partir del 45'
De camino a los vestuarios se montó la trifulca en el túnel. Incluso acabó en el suelo el delegado de campo blanco empujado por el entrenador de porteros madridista cuando intentaba evitar que la sangre llegara al río.
La segunda parte comenzó prácticamente como terminó la segunda, con un balón a la espalda de la defensa blanca para Álvaro Negredo. El de Vallecas se quedó sólo ante Casillas y con su pierna derecha mandó a las nubes la ocasión más clara de todo el partido.
Clos Gómez echaba más madera al enseñar en el minuto 59’ la cartulina amarilla a Di María por simular penalti. Fue un acierto pero el lío ya estaba montado y no había marcha atrás.
Mourinho se vio obligado a mover el banquillo para tratar de cambiar el rumbo. Granero y Pedro León saltaron al césped, en lugar de Benzema y de Khedira, con la misión de apagar el fuego.
Dos minutos después el Madrid se quedaba con diez tras la segunda amarilla a Carvalho por saltar con el codo por delante con Negredo.
La jugada que hizo que el coliseo blanco explotara llegó el 69’. Granero fue objeto de un penalti claro que hizo dudar al colegiado y en la misma jugada Clos Gómez enseñó la amarilla a Lass por cortar la contra y a Pepe por protestar. Mourinho se desesperaba en el área técnica y el Bernabéu rugía de impotencia como no lo hacía en mucho tiempo.
Y por fin se apagó el incendio en el minuto 76 gracias al gol de Di María. El ‘fideo’ volvió loco a un descolocado Palop y le coló la pelota por el palo corto cuando el guardameta esperaba el pase de la muerte.
Mourinho, acto seguido, metió en el campo a Albiol en lugar de Ozil. Sin embargo, el enfado de la afición con Clos Gómez no cesó ni un ápice y al grito de ‘sevillista el que no bote’ las caras de disgusto se iban transformando en caras de alivio.
De ahí al final no se vio absolutamente nada de fútbol. Las broncas se sucedieron en cada lance del juego. En el 88’ fue Di María el que la montó y Ramos y Acosta los sancionados, mientras que una patada a destiempo de Dabo en el 90’ acabó de nuevo en lío con roja incluida para el sevillista.
Los cuatro minutos de descuento fueron la continuación y final de la batalla entre los 22 jugadores y con el pitido final se cerró el choque. Tres puntos más, la carrera por la Liga sigue viva, la bicefalía de la clasificación se agranda y las palabras de los protagonistas durante esta semana prometen y mucho.
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