miércoles, 8 de septiembre de 2010

Nueve años y un Mundial después, España recibe una goleada que no mereció ante Argentina


08.09.10 - 01:08 - IGNACIO TYLKO BUENOS AIRES.
ARGENTINA 4
ESPAÑA 1

Argentina: Romero, Zanetti, Demichelis, Gabi Milito, Heinze, Mascherano, Cambiasso, Banega, Messi (D'Alessandro, min. 89), Higuaín (Agüero, min. 68) y Tévez (Di María, min. 59).
España: Reina (Víctor Valdés, min. 46), Arbeloa, Marchena, Piqué, Monreal, Xabi Alonso (Pedro, min. 70), Busquets, Cesc (Xavi, min. 56), Iniesta (Cazorla, min. 46), Silva (Navas, min. 46) y Villa (Llorente, min. 46).
Árbitro: Óscar Ruiz (Colombia). Mostró amarilla a Gabi Milito, Arbeloa, Cesc, Heinze, Monreal, Di María y Marchena.
Goles: 1-0, min. 10: Messi. 2-0, min. 13: Higuaín. 3-0, min. 33: Tévez. 3-1, min. 83: Llorente. 4-1, min. 89: Agüero.
Incidencias: Partido internacional amistoso celebrado en el estadio Monumental de River ante unos 50.000 espectadores.
Los premiados 'Príncipes' españoles sufrieron un correctivo monumental en el feudo de River, donde la Argentina del interino Batista se reivindicó como una selección mucho mejor que la conducida por Maradona en Sudáfrica pero ni por asomo se mereció un triunfo tan rotundo. Una puesta en escena un tanto contemplativa, un error impropio de Reina y hasta tres balones estrellados en la madera marcaron un duelo en el que Messi al fin fue ovacionado por sus compatriotas. No sufría la selección un varapalo así desde hace nueve años, cuando con Camacho cayó 3-0 ante Inglaterra en Birmingham.
Era un amistoso con trampa para los indiscutibles campeones del mundo. Por la calidad, prestigio y orgullo del adversario, deseoso de lavar su imagen y olvidar cuanto antes la histriónica etapa del 'Pelusa', y por las circunstancias. Por mucha estrella que luzca en la camiseta, por mucho estilo que exhiba, por mucho toque que atesore y por mucho que la envidien en el mundo entero, España no puede dejar de acusar el perjuicio de dos viajes a América en apenas un mes. Consecuencia de los beneficios económicos que para una Federación supone ser campeones del mundo y de la necesidad de ganar votos en la pugna por albergar el Mundial de 2018.
Del Bosque se vio obligado a administrar los esfuerzos y a brindar minutos a los los menos habituales, y eso ante la corajuda 'albiceleste', repleta de delanteros letales, también se paga. Hombres como Ramos, Capdevila, Torres y, sobre todo, Iker Casillas y Xavi, no son fáciles de sustituir. Y más, todos a la vez. Sin la batuta mágica del azulgrana, sin su capacidad de manejar los tiempos y de ver desmarques imposibles de adivinar para el futbolista medio-alto, la 'Roja' pierde nivel. Fue un duelo para alimentar el debate sobre los problemas de Cesc para rendir a un alto nivel con España.
Los sudamericanos salieron mucho más enchufados. Como si, de pronto, hubieran encontrado con Batista la luz que les apagó 'el Diego'. Esperaron a España, presionaron bien en el centro del campo, robaron y fueron clarividentes al contragolpe. Transiciones rápidas y decidida búsqueda de los espacios a la espalda de los centrales Piqué y Marchena. Encontraron sumas facilidades porque los ibéricos no presionaron al pasador y adelantaron la zaga a destiempo. Tévez resultó letal entre líneas, igual que la movilidad de Messi e Higuaín. El azulgrana actuó más adelantado que con Maradona, lo que agradece su selección, su hinchada y los buenos aficionados.
Definitivamente, a Leo se la da bien España. Sólo ha marcado dos goles en sus 16 últimos partidos como internacional, y los dos ante la selección nacional. Messi abrió el choque a los diez minutos, tras aprovechar un gran envío del 'Apache' y picársela a Reina. Poco después se repitió la jugada pero con Higuaín como último protagonista. En vez de elevar el balón, el madridista dribló al portero y marcó sin apenas ángulo.
En la extraña tarde bonaerense, España acusó otro golpetazo inesperado cuando trataba de reponerse y asomaba la cabeza. Una cesión de Arbeloa a Reina acabó en gol de Tévez por un inoportuno resbalón del portero del Liverpool, lento luego en la reacción. Se echaba de menos algo de intensidad pero también un poquito de suerte. El 3-0 era demoledor, excesivo. Y más después de que Villa estrellase un disparo en la cruceta y una falta en el poste.
Del Bosque buscó mayor amplitud, entrada por banda y remate con la incorporación de Navas, Cazorla y Llorente, de una tacada, tras el descanso. Enseguida, el ariete del Athletic estuvo a punto de acortar distancias en un gran cabezazo. No era el día. Si alguien todavía lo dudaba, el disparo de Cazorla al larguero, tras gran parada del 'Gato' Romero, despejó cualquier incógnita. El postrero tanto de Llorente maquillaba el resultado pero la cabeza de Agüero lo agudizó. Derrota cruel pero quizá positiva a medio y largo plazo. España aprendió, y mucho, de los anteriores varapalos sufridos con Del Bosque: ante Estados Unidos, en semifinales de la Copa Confederaciones, y ante Suiza, en los albores de un Mundial glorioso.

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