lunes, 31 de enero de 2011

El Murcia es un 'pardillo' (1-1)

El equipo de Iñaki le regala un punto al Jaén en el minuto 94 y tras perdonarle la vida
La Verdad
JOSÉ OTÓN.-
Es complicado explicar cómo se le escapó ayer la victoria al Real Murcia en Jaén. Porque el equipo de Iñaki Alonso fue superior a su rival, tuvo las mejores ocasiones de gol y apenas le dejó el balón al equipo local. Además, el Real Murcia estaba avisado tras la victoria del equipo jienense hace quince días frente al Cádiz, tras ir perdiendo 0-1 al descanso. El Mucia es un conjunto que apuesta por el fútbol, que le gusta dominar, que tiene grandes ocasiones de gol pero que ha dejado escapar puntos como un equipo ' pardillo' e inocente que no sabe de qué va esto del fútbol.

Eso es lo que más debe fastidiar a los seguidores del Real Murcia. Que le empaten un partido cuando los aficionados de la Nueva Victoria de Jaén abandonaban ya sus localidades y enfilaban hacia sus casas, pensando que su débil y humilde equipo era incapaz de empatarle a un todopoderoso Real Murcia que debía haber llegado a esas alturas de partido con un 0-3 a favor, al menos. Aunque seguro que se podrían buscar culpables y señalarlos con el dedo. Como los delanteros que no marcaron oportunidades claras y manifiestas, los jugadores de refresco que salieron desde el banquillo y que no refrescaron nada o una defensa blanda que permitió a un humilde jugador del Jaén rematar de cabeza como si fuera Fernando Llorente.
Porque el Real Murcia tiene muchas cosas buenas: unión dentro del vestuario, un entrenador que es valiente y que apuesta siempre por ganar, una afición de Primera y muchos jugadores implicados hasta no poder más. Pero también tiene cosas malas: no sabe matar los partidos y tumbar al rival, fortificar su área en las jugadas a balón parado y muestra languidez en las piernas de ciertos jugadores que le han hecho perder muchos puntos. Como los dos de ayer que le hubieran colocado como un líder a seis puntos del segundo, a nueve del tercero y a diez del Cádiz, cuarto. Esa es la peor sensación. El Real Murcia podría haber matado ya esta Liga de no ser por la torpeza a la hora de rematar los partidos ante el Roquetas y Sevilla Atlético en Nueva Condomina o frente al Ceuta y Betis B a domicilio, por poner sólo algunos ejemplos.
Los primeros minutos del Real Murcia fueron agresivos. A los diez minutos de juego el Real Jaén apenas había conseguido pasar del centro del campo. La pelota fue grana y la primera gran ocasión también, a los diez minutos y tras disparo alto de Chando. El equipo de Iñaki Alonso salió al terreno de juego con una marcha más sabiendo de los empates de Cádiz, Ceuta y Sevilla Atlético. El equipo grana disponía de una gran ocasión de poner más tierra de por medio en la lucha por el primer puesto de la tabla. Pero sólo por el escudo y por las intenciones iniciales no iba a ganar el partido a un Real Jaén doblegado además por los problemas económicos.
Pero no tener dinero no significa no tener orgullo e Iván avisaba con un disparo en el minuto trece demostrando que el ex equipo de José Miguel Campos tenía vida y ganas de complicarle la vida al 'gallito' del grupo IV. Pero el Real Murcia de Iñaki Alonso no se arrugó ni por las necesidades del rival ni por el penoso estado del terreno de juego, que perjudicaba más al Real Murcia que a su rival. Dani Aquino, con todos los galones posibles a la hora de ejecutar las jugadas a balón parado, metía en la 'olla' un saque de esquina que no llegó a las botas de Chando por un milímetro y por la audacia del jienense Espín.
El líder del grupo IV contaba con un portero de garantías ya que Alberto, sin apenas trabajo durante la primera mitad, atajó un mano a mano con Fran Machado que hubiera roto al Real Murcia. Pero el equipo gran tardó sólo un minuto en reaccionar con dos grandes ocasiones de gol. La primera y más clara de Kike, que cruzó demasiado dentro del área pequeña. Inmediatamente después y tras una internada de un activo Aquino por la derecha, Espín mandaba un balón a saque de esquina que Chando ya se preparaba para mandarlo a la red.
El equipo grana, a los puntos, ya merecía ir por delante en el marcador. Además el Real Murcia terminaba el primer tiempo mordiendo tras una gran combinación de Kike con un gran pase interior a Chando que estrelló el disparo contra Tejera, portero que había sustituido a Adrián en la portería jienense y, sobre todo, con el golazo del entonado Kike. El manchego definió como un 'killer' tras pase de Aquino. Condujo, se preparó el disparo y se la metió a Tejera por su palo derecho. El fútbol hacía justicia con un Real Murcia hambriento.
Miedo en el cuerpo
El gol de Kike no podía relajar al Real Murcia. Quince días atrás, y en este mismo estadio, el Cádiz se adelantó en el marcador y acabó sucumbiendo por 2-1. De hecho, los primeros minutos de la segunda mitad fueron para el Jaén. El dominio local provocó la amarilla para Gago y metió el miedo en el cuerpo a los de Iñaki Alonso.
Incluso en el minuto seis de la segunda parte Iván cayó en el área grana tras una entrada de Óscar Sánchez. Si el colegiado hubiera sido más meticuloso, el lateral murciano podría haber visto la segunda amarilla y su equipo haber sufrido un penalti en contra. Pero el Real Murcia recuperó la fe y la posesión de balón de la mano de un Aguilera que se ha hecho imprescindible en el centro del campo del Real Murcia. Por encima hasta de Richi, que ayer demostró de nuevo que no tiene buenas sensaciones.
La entrada de Pedro por la derecha, la colocación de Albiol en el doble pivote y la subida de Richi a la media punta, le dieron más profundidad y agresividad al Real Murcia. A los veinte de la segunda mitad el equipo de Iñaki Alonso tuvo las dos ocasiones más claras para liquidar el partido. La primera, en una melé en el área pequeña del Jaén, que ni Chando ni Amaya consiguieron transformar en gol. Y un minuto más tarde en un mano a mano de Chando que la mala conducción del delantero balear y el pésimo estado del césped desbarataron. Con el paso de los minutos la sensación de angustia se apoderó de los aficionados grana desplazados a Jaén. Con tanto dominio y tras las grandes ocasiones falladas por Chando y compañía, el equipo de Iñaki Alonso tenía más que perder que ganar ante un Jaén que ya apretaba.
Incomprensiblamente el equipo grana se acobardó y se metió atrás. Los jugadores del Real Jaén olieron la sangre de su rival y se encomendaron a la última jugada a balón parado para empatar un partido en el que el Real Murcia pecó de ingenuo. Y de despistado, porque en la jugada previa al empate del Real Jaén Isaac debió de haber mandado la pelota al limbo. Si hace siete días la Nueva Condomina vibraba con el gol de Molino, ayer al Real Murcia le tocó agachar la cabeza condenado por sus propios errores.

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